18 agosto 2006

Ayer, de camino al trabajo por la mañana, a una hora en la que es pecado estar por la calle si no es regresando intempestivamente de unos brazos ajenos y de una botella espirituosa, escuché en la radio la misma teoría de todos los finales de verano. Que si las parejas se separan por la convivencia, que si las vacaciones son estresantes para la relación... Las mismas tonterías que, por ser estadísticas, todo el mundo les atribuye la credibilidad propia del vulgo borreguero. No voy a realizar una arenga contra las instituciones ociosas que llevan a la gente sin criterio por donde quiere, no, aunque resulta tentador.

¿Por qué son las vacaciones la época en la que, teóricamente, provocan más divorcios/separaciones/maletas en la puerta? A mí esto me resulta totalmente incoherente. ¿Acaso no es más complicada una convivencia a diario? Madrugas, de mal humor porque el/la pariente/a se está media hora en la ducha y te hace ir a ti con la hora pegada al culo, o lo que tiene pegado al culo son las sábanas y es incapaz de levantarse a tiempo para llevarte al matadero. Llega tarde a buscarte o cuando viene a casa no tienes la comida todavía hecha y él/ella tiene apenas 30 minutos para el almuerzo. Eso es convivencia difícil, aguantar ronquidos, patadas en la cama, que no se corte las uñas de los dedos de los pies, que le huela el aliento, que te quite la sábana... Pero en vacaciones te levantas tarde, con lo que no tienes prisa para ducharte o ir al trabajo. ¿Acaso estos incidentes nocturnos no ocurren de igual manera que durante el resto del año? ¿Hay prisa para comer? No.

Entonces, mi pregunta es: si tienes más tiempo para disfrutar de lo bueno con tu pareja e incluso de obviar cosas que durante el año laboral están a la orden del día, las estadísticas me parecen ligeramente arbitrarias. ¿Que te aburres con tu pareja y sólo te das cuenta durante las vacaciones? Entonces el problema no es de él/ella, sino tuyo, por haber elegido a alguien que ya era así cuando lo conociste. Porque si es aburrido cuando no tenéis que trabajar... ¿Qué ocurre con los fines de semana? ¿Le echas de casa para no verlo/a? Por favor...

Con esto quiero hacer una declaración a favor del criterio propio y de no dejarse guiar por lo que digan quienes creen que somos números y generalizaciones. Hay gente que incluso va a las vacaciones coaccionada por la posibilidad tan amplia de que su relación se rompa. ¡Por favor, basta ya de masificación!

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