26 septiembre 2006

Quince meses, se dice pronto y como tal han pasado, apenas el deslizar de una hoja en una corriente de aire caliente, igual de suave y de desapercibido ha pasado el tiempo. Una primera mirada cruzada, timidez errabunda entre los ojos de ambos que no terminó de romper en esas tres horas que volaron por vórtices desconocidos hasta ese momento.

Las semanas se han sucedido y con ellas los acontecimientos más o menos importantes o a los que se ha dado mayor o menor constancia.

Hoy es el primer día especial de los tres en los que nos condensamos.

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