02 noviembre 2006

Esto me pasa por meterme en webs que no merecen ni siquiera la cabida que mucha gente les da, pero como ya decía anteriormente, la curiosidad es una de mis características más enraizadas, y una vez más, salgo escaldada.

He tenido la estúpida idea de meterme a leer la web de Karmele Marchante, en un igualmente estúpido intento de abrir miras y ver si por lo menos la señora en cuestión escribe medianamente bien. Pues ni lo uno ni lo otro. En uno de sus artículos, la periodista (aunque se me ocurren más profesiones que atribuírle) suelta la siguiente perla, hablando sobre Mª Teresa Fernández de la Vega, una de las pocas componentes de gobierno del infame ese que trabaja con dignidad, al parecer tras los rumores de que ella hubiera podido ser candidata a la alcaldía de Madrid:

Karmele dixit

Y que pongan como alcaldable al más tonto, en masculino, del partido, siempre lo
hará mejor que la extrema derecha que rige al PP de Aznar.


Esta señora (seguiría aplicándole otros calificativos, pero yo, al contrario que ella, tengo educación y sentido común y no soy una progre roñosa que en lugar de verdades suelta necedades como catedrales) tendría que recordar lo que era vivir bajo un gobierno de extrema derecha y una dictadura como la de hace no demasiados años. Tanta revisión histórica y tanto sacar a remover una dictadura con la que el PP no tuvo nada que ver (aunque a muchos les pese y quieran pensar que no fue así) y luego soltamos estupideces como ésta. Los únicos extremistas de este país son los que dejan que haya regiones que se autodenominen naciones y se empeñen en destruír lo que mucha gente lleva edificando desde el año 75. Los únicos extremistas de este país son los que acusan a otros de extremistas porque querrían que lo fueran y así poder desbancarlos del panorama político español.

¿Qué pasa desde hace un par de años con ser votante del PP? Cuando ellos estaban en el gobierno, nadie se cebaba con la gente de izquierdas que salía en manifestaciones contra la guerra de Irak. Pero ahora manifestarte a favor de la familia supone que eres un católico castrante y encima tienes una foto de Franco sobre la cama en un marco de madera vieja y carcomida. Tras unas elecciones ganadas tras una jornada de reflexión manipulada por cadenas de radio y televisión (corregidme si me equivoco, pero creo que eso es ilegal o cuanto menos, amoral), la libertad de expresión que tanto reclamaban antes ahora es manipulada y se tacha a la gente que no está de acuerdo con ellos de carcamales de extrema derecha.

Cada día me gusta más este país y las gentecillas (o gentucillas) que lo pueblan.

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