Obras + Anginas = Locura transitoria
No me lo puedo creer...
Hace meses que no estoy enferma, pero llevo una temporada que soy como un pastelito para todos los virus que se quieran acercar a mí. Hoy me he quedado en casa, con las anginas como canicas, la cabeza como el bombo de Manolo y una voz al más puro estilo Ozzy Osbourne...
Pero no contaba con los obreros. En mi casa llevan en obras desde hace dos semanas, con el consiguiente desquicie mental que conlleva. He pasado de dormir en mi habitación, a dormir en otra, a que me quiten los muebles y a llegar a mi portal y ver que mi cama y mi colchón estaban ahí, tan campantes, esperando que se los llevara el ayuntamiento.
Después de que se hayan tirado pintando los días que les ha dado la gana, ahora resulta que tienen que lijar. ¡¡Lijar!! Todo porque el pasillo tiene una especie de arpillera debajo de la pintura y claro, hay que quitarla. Hace diez minutos que me sobresaltó un ruido infernal. Creía que sería un taladro, cosa de unos pocos segundos. Pero saqué el hocico de mi madriguera calentita y lo primero con lo que me topo es con una máquina del año de la tarara a todo trapo, zumbando como un motor de un R14. Casi me echo a llorar. ¿No tienen otro sitio para ponerla, que justo delante de mi puerta? Máxime cuando el fulano estaba ¡en el otro codo del pasillo! ¡Señores, hay más enchufes!
Además, llamé esta mañana para pedir hora para el médico y hasta mañana a las diez nada, con lo cual me va a tocar aguantar el tipo e intentar no volverme loca.
Parece que han parado... Claro, ahora que ya estoy despierta... Apuesto lo que quieran a que es meterme en la cama y volver a darle caña a la máquina de volver loca a Kaoru.
¡¡Quiero emanciparme ya!!
Ah, y no. El de la foto no es como los que vienen a pintarme la casa... Ya me gustaría...
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