30 noviembre 2006

Hay días en los que te levantas jodida, porque el día anterior te has llevado una buena hostia de la que no has sido totalmente consciente hasta que Mecano se ha puesto a cantar en la radio.

Y con el siete de septiembre se van tus ilusiones y pierdes el apoyo por sus requerimientos familiares. Que por qué no me lo pediste, que tal y que cual. Hay veces en las que desear ser entendida es algo que no se dice con palabras. Y cuando echan otras cuantas decepciones sobre la que ya latía desde ayer, sientes un nudo perpetuo en la garganta y rezas por el momento en el que escabullirte y desaparecer de la mirada ajena.

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