La familia Sawney Bean
Cuando alguien dijo que la realidad supera con creces a la ficción, seguro que antes había oído hablar de Sawney Bean y su familia, cuya existencia data de allá por la Escocia del siglo XVI.
Aunque se discute sobre la veracidad de la leyenda, quienes disfrutan con una buena historia de miedo seguro que han oído hablar de este clan escocés. Alexander Bean, el futuro patriarca, era un hombre sin inclinación alguna por el trabajo honesto, lo que le llevó a dedicarse a la delictividad y a conocer a una mujer con sus mismos propósitos vitales. Juntos, vivieron en una caverna durante más de veinticinco años, apartados del resto del mundo, y criando en ella a los numerosos hijos que tuvieron, seis hijas y ocho hijos que, a su vez, mantuvieron relaciones incestuosas entre ellos hasta elevar la familia a los cuarenta y ocho miembros.
La dificultad que suponía alimentar a una familia sin trabajar y apartados de la civilización les llevó a asaltar a cuanto viajero pasara por las cercanías, para, después de asesinarlo brutalmente, comérselo y esparcir los restos por los alrededores. No se sabe a qué número de víctimas llegaron a asesinar, pero tal fue el calibre de la matanza que las sospechas provocaron la caza del clan por orden del propio rey Jaime VI. La familia fue capturada tras varias batidas y condenada a muerte. Los hombres sufrieron la amputación de pies y manos y se desagraron hasta la muerte, mientras que las mujeres y los niños, tras contemplar la muerte de sus congéneres, fueron quemados vivos.
La leyenda dice también una de las hijas consiguió escapar y plantar el famoso Hairy Tree en Girvan; pero los lugareños descubrieron su identidad y la colgaron de él. Dicen que si pasas cerca, puedes oir el ruido de su cuerpo ahorcado, balanceándose.
1 comentario:
wow, espelusnante pero interesante
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